jueves, 11 de noviembre de 2010

El Espíritu Santo en Cesarea.

Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.  Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio, tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. 5 Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. 6 Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas. 
 Ido el ángel que hablaba con Cornelio, éste llamó a dos de sus criados, y a un devoto soldado, a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo.

Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, yo subí  a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. De pronto  tuve gran hambre. Mientras me preparaban algo, me sobrevino un éxtasis;  y vi en el cielo abierto como descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra,. En él cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Escuché una voz: Levántate, Pedro, mata y come.  Entonces dije: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 
El lienzo volvió al cielo,y mientras estaba perplejo, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio. Mientras pensaba en la visión, me dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.  Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.
Descendiendo a donde estaban los hombres, les dije: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?  Ellos contestaron : Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras. Entonces, les hospedé.

 Al día siguiente, nos levantamos y nos dirigemos a Cesarea. Cornelio nos estaba esperando.
Cuando Pedro entré, salió a recibirme y postrándose a mis pies. Le levanté diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. ¿Por qué causa me habéis hecho venir?
Cornelio dijo: Hace cuatro días, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente. Y me relató al pie de la letra las palabras dichas por el ángel.
 Sorprendido dije: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,  sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.  Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo. Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan:  cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. 40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. 
Nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
 Mientras aún hablaba, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Los fieles de la circuncisión que habían venido conmigo se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Continué:  ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Finalmente, les mandé bautizarles en el nombre del Señor Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario